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Los Chikos del Maiz

Discos

Biografía

Los Chikos Del Maíz es un grupo valenciano de rap político y social formado por El Nega (Ricardo Romero, MC y productor), Tony El Sucio (Toni Mejias, MC) y DJ Bokah (DJ y productor). Está considerado como el principal referente del rap político español. Irreverentes hasta la médula, hacen de la incorrección política su bandera y del hip hop combativo y militante su seña de identidad. Unas letras ingeniosas y sobre todo tremendamente ácidas en las que no dejan títere con cabeza y todo queda a merced de sus lenguas mordaces; el estado, la situación social y política, la escena hip hop, la monarquía…Polémicos hasta la médula, han tenido sus más y sus menos con grupos de extrema derecha (recibiendo incluso amenazas) y puristas varios.

El grupo surge en Valencia a mediados de 2004 cuando Nega y Toni deciden dar forma a un proyecto común en el que deciden aunar conceptos, ideología y su particular manera de entender el hip hop. Editan en 2005 y sin muchas pretensiones, la maqueta “Miedo y asco en Valencia”, que cuelgan en internet y reparten de forma gratuita en festivales y conciertos. La maqueta se propaga por toda la red y tras un par de actuaciones en su ciudad natal, los conciertos se suceden por toda la geografía del estado. Dos años después verá la luz “A D10s le pido”, su particular homenaje al astro argentino y un puñetazo a la conciencia y a la escena de hip hop patria.

El 7 de abril de 2010, Los Chikos del Maíz se proponían dar un concierto en un festival organizado por Izquierda Unida en Sevilla con motivo del aniversario de la II República, cuando el Partido Popular (PP) de la ciudad, y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) denunciaron al grupo por enaltecimiento del terrorismo y pidieron al Ayuntamiento de Sevilla que prohibiese el concierto. El PP y la AVT justificaba la denuncia basándose en la letra de las canciones «Trabajador@s», «A d10s le pido» y «Spain is different», incluyendo como «pro-terroristas» frases como las siguientes: «¿Te emocionó el vuelo de Pedro Duque? A mí el de Carrero Blanco» (en «Spain is different»), «Me duele el 11 de Septiembre no por las torres gemelas sino por el derrocamiento de Allende» (en «A D10s le pido»), «Ortega Lara no era ningún pacifista, cambió de carcelero, a contorsionista» (en «Spain is different») y «El golpe de Tejero fue un montaje del rey» (en «Trabajador@s»). Diversos medios conservadores se hicieron eco de la noticia cómo Intereconomía TV, COPE o Libertad Digital, llegando incluso a parecer en el telediario de Antena3 y en las portadas de ABC y La Razón de Sevilla. Los Chikos del Maíz publicaron un manifiesto en el que declaraban que ellos en todo momento han condenado las acciones armadas de ETA, y que se trataba simplemente de humor negro. El concierto se llevó a cabo sin incidentes y con cerca de 4.000 asistentes según el consistorio sevillano. Tras ello, el PP sevillano y diferentes medios conservadores, encabezados por la ex alcaldesa y eurodiputada Soledad Becerril, pidieron la dimisión del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín por permitirlo. Finalmente, el juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional optó por archivar la denuncia.

Precedido por el single “El de en medio de los Run DMC (se me ha aparecido en sueños)”, “Pasión de Talibanes” (2011, BOA Música), se convierte en la primera referencia discográfica de un grupo que entiende el hip hop más allá de clichés («el rap es ingenio no unas Air Force») y que lo concibe como una herramienta para la transformación social («como Johnny cogí mi fusil/contra políticos corruptos de este país») en un collage interdisciplinar en el que danzan en armonía las constantes referencia literarias y cinematográficas, los homenajes y guiños a iconos de la izquierda transformadora (Allende, Lenin, Rosa Luxemburgo) así como permanentes críticas demoledoras a la clase política y empresarial. Todo ello aderezado con un sarcasmo y un sentido del humor quizá demasiado ácido, no apto para mentes bienpensantes u oídos políticamente correctos.

En definitiva, Los Chikos del Maíz van más allá de ser un grupo contestatario al uso que es odiado por la derecha, de una u otra manera se han convertido por méritos propios en el altavoz de esa generación perdida que por primera vez vivirá en peores condiciones que sus padres, de esa masa de precarios sin futuro que clama por una vivienda digna y denuncia la tiranía de los bancos y los mercados.